Han llegado a nuestra cocina unos pequeños manjares muy típicos del frescor del otoño y ya están listos para constituir la delicia pura en varios platos de nuestra (y vuestra) casa. Boletus, angulas de monte, níscalos… Hemos tenido que esperar que el viento respetara nuestros setales, que las lluvias hicieran su aparición y tener fijada en el calendario la primera salida micológica de la temporada otoñal. ¡Ya están aquí!